© AFP Photo/Abdulmonam Eassa. En una fotografía tomada el 21 de febrero de 2018 se ve un quirófano muy dañado de un hospital que fue alcanzado por un ataque aéreo del gobierno en el enclave de Hamouria, en poder de los rebeldes, situado en Guta Oriental y próximo a Damasco.
El gobierno sirio y su aliada Rusia han intensificado la campaña de bombardeos en Guta Oriental, zona de la gobernación de Damasco Rural en la que viven 400.000 civiles. A lo largo del último mes, los ataques han dejado un saldo de decenas de víctimas mortales y centenares de personas heridas. Esta campaña se produce después de seis años de cruel asedio en el que la población siria lleva atrapada sufriendo a diario una oleada de ataques para matar y mutilar deliberadamente a las personas. El bombardeo continuo de civiles en Guta Oriental constituye un flagrante crimen de guerra.
El 24 de febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU votó una resolución muy tardía en la que pedía la entrada de ayuda humanitaria a Guta Oriental y un alto el fuego parcial. Aunque éste es un paso positivo, la población civil que se muere de hambre en espera de la ayuda que les podría salvar la vida y de protección frente a los bombardeos deliberados no debe verse obligada a esperar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ni el alto el fuego.
El 25 de febrero se supo que se había lanzado un ataque químico en Guta Oriental.>
“La situación en Guta es peor de lo que se puede expresar con palabras [...], una vergüenza para la humanidad.”
Pediatra, 16 de febrero de 2018
El asedio
En febrero de 2017, el gobierno sirio se hizo con el control de las zonas de Al Qaboun y Barze, adyacentes a la ciudad de Harasta (Guta Oriental), y cerraron todos los túneles utilizados para hacer contrabando, que llevaban años garantizando una afluencia mínima de alimentos, agua y material médico.
El 3 de octubre, el gobierno sirio intensificó aún más el asedio cerrando el único punto de entrada a Duma que quedaba —el puesto de control de Al Wafideen—, impidiendo el acceso a la ayuda médica y humanitaria y prohibiendo la circulación de civiles.
Sólo se ha permitido la entrada a tres convoyes humanitarios desde entonces, que contenían muchos menos productos de los necesarios para atender las necesidades humanitarias de la población, y el gobierno retiró todo el material médico.
Desde octubre, la situación humanitaria en Guta Oriental se ha deteriorado considerablemente, y los precios de las medicinas y de alimentos básicos como la leche y el pan se han disparado.
El gobierno sirio obstaculiza la evacuación de personas heridas y enfermas
Según el personal médicode Guta Oriental, 14 personas han muerto mientras esperaban ser evacuadas. La evacuación médica de 572 personas que padecen lesiones graves y enfermedades crónicas está pendiente de la aprobación del gobierno sirio desde julio de 2017.
El 27 de diciembre de 2017, el gobierno sirio autorizó la evacuación médica de 29 casos críticos de Guta Oriental. El viernes 29 de diciembre de 2017 se dio por finalizada la operación de evacuación, en la que 17 menores de edad, 6 mujeres y 6 hombres fueron trasladados a hospitales de Damasco, donde se los está tratando de lesiones importantes o enfermedades graves como cardiopatías, cáncer y fallo renal.
El personal médico corroboró la información periodística según la cual la evacuación se había autorizado tras unas negociaciones en las que se había acordado la liberación de personas retenidas por la oposición armada. Las 29 personas evacuadas eran las primeras de la lista de pacientes que estaban a la espera de ser trasladadas debido a la urgencia de sus casos. Otros 529 pacientes siguen necesitando tratamiento médico urgente para sus lesiones y enfermedades.
>
EN CIFRAS
400.000
personas que sufren asedio
+420
civiles muertos en 2018
20
hospitales atacados
La crisis humanitaria
El personal médico y de los servicios de salud no puede prestar atención médica adecuada a las personas heridas y enfermas debido a la falta de material quirúrgico, equipo médico y medicinas apropiados, en particular para tratar enfermedades crónicas como cáncer, dolencias cardíacas y diabetes. Como consecuencia de ello, los médicos están utilizando medicamentos caducados que encuentran en hospitales destruidos. Han aumentado además los casos de malnutrición aguda — especialmente de niños y niñas—, exacerbada por la falta de acceso a alimentos, ayuda humanitaria y otros productos de primera necesidad que pueden salvar vidas.
© ABDULMONAM EASSA/AFP/Getty Images