Si estas personas son ratificadas en los cargos para los que han sido elegidas, sus decisiones afectarán a los derechos humanos de millones de personas, en Estados Unidos y en todo el mundo
- Rex Tillerson, candidato a secretario de Estado, quien, como director ejecutivo de Exxon Mobile, ha mantenido estrechas relaciones comerciales con gobiernos represivos como los de Rusia, China y Guinea Ecuatorial. No ha aclarado si su relación con gobiernos que violan los derechos humanos refleja su filosofía empresarial o su visión del mundo.
- Mike Pompeo, candidato a director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien ha defendido la tortura y afirmado que el antiguo programa de detención secreta y tortura de la CIA estaba “dentro de la ley”.
- El general James Mattis, candidato a secretario de Defensa, quien se ha manifestado a favor de mantener indefinidamente en Guantánamo a los detenidos que quedan allí.
- El general John Kelly, candidato a secretario de Seguridad Nacional, quien podría rechazar —o aplicar— las políticas dirigidas a establecer un registro de musulmanes estadounidenses o a prohibir la admisión de refugiados que resulten ser musulmanes.
- El senador Jeff Sessions, candidato a fiscal general, quien se ha posicionado en el lado equivocado en multitud de asuntos que reflejan el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos y el derecho internacional y, entre otras cosas, ha afirmado que está dispuesto a considerar prohibir la inmigración musulmana, oponerse a la igualdad en el matrimonio y combatir los esfuerzos dirigidos a mejorar los derechos de voto.