“En lugar de enviar a más gente al patíbulo, lo que se necesita es una reforma urgente de un sistema de justicia que, ahora mismo, no es merecedor de su nombre.”
En Japón, las ejecuciones están rodeadas de secreto y a los presos normalmente no se les comunica que van a ser ejecutados hasta unas horas antes de la ejecución; incluso hay casos en los que no se les comunica previamente.