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Es preciso investigar los ataques contra romaníes

  • Las autoridades deben proteger a las comunidades vulnerables


Bruselas.– Según han declarado Amnistía Internacional y Human RightsWatch hoy, las autoridades kosovares e internacionales deben actuar de manera concertada para detener la reciente ola de ataques y hostigamiento contra la comunidad romaní, tanto en lo que se refiere a emprender sin demora investigaciones que conduzcan a la identificación y el procesamiento de los autores como a adoptar medidas preventivas que impidan más ataques en el futuro.

A mediados de agosto de 2009 se informó por primera vez de estos ataques en medios de comunicación romaníes de Kosovo. Human Rights Watch y Amnistía Internacional, en colaboración con organizaciones no gubernamentales romaníes, trabajan desde entonces para documentar los hechos y las reacciones de las autoridades.

“Los hechos ponen de manifiesto que la comunidad romaní en Kosovo sigue siendo muy vulnerable en Kosovo –afirmó Wanda Troszczynska-van Genderen, investigadora de Human Rights Watch sobre los Balcanes occidentales–. La única manera de poner fin a estos ataques es que la policía y las autoridades fiscales de Kosovo y de la comunidad internacional afirmen de manera inequívoca que los autores de tales ataques serán procesados.”

Según informó el 13 de agosto el programa de televisión en lengua romaní Yekhipe que emite la cadena estatal, RTK (Radio y Televisión de Kosovo), la última semana de julio hubo una oleada de ataques contra romaníes por parte de personas de etnia albanesa en Gnjilane (Gjilan). Al menos cuatro romaníes, entre ellos un jefe comunitario, sufrieron agresiones y resultaron heridos en varios incidentes, según el programa. La Misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Kosovo afirmó que las víctimas habían denunciado las agresiones a la policía y que se habían abierto investigaciones.

Además, el programa televisivo Yekhipe informó de que se habían perpetrado otros ataques en aquel momento pero no se habían puesto en conocimiento de la policía porque las víctimas temían sufrir represalias. Fuentes de la Misión de la OSCE en Kosovo confirmaron asimismo un robo en una vivienda romaní de Gnjilane perpetrado esa misma semana.

Se recibieron informes sobre otra serie de episodios el 25 de agosto, cuando 20 familias romaníes del barrio de Halit Ibishi, en la localidad de Urosevac (Ferizaj), presentaron una solicitud a la Oficina Municipal para las Comunidades de Urosevac en la que afirmaban haber sido objeto de insultos y agresiones en diversas ocasiones entre el 17 y el 22 de agosto por “agresores desconocidos” y solicitaban la protección del Servicio de Policía de Kosovo y de las autoridades municipales. La policía investiga tales denuncias.

Las organizaciones internacionales con la misión de velar por la seguridad y las condiciones de vida de las minorías en Kosovo –entre ellas UNMIK (misión de la ONU en Kosovo), ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), OSCE y Eulex (Misión de la Unión Europea por el Estado de Derecho en Kosovo)– no reaccionaron inicialmente ante los informes. Posteriormente han examinado los incidentes y afirman que en la actualidad no disponen de información suficiente para determinar si los ataques se basaron en motivos étnicos.

Según informes, las fuerzas policiales locales y de Kosovo en Gnjilane y Urosevac han aumentado la frecuencia de las patrullas en las zonas de tensión como respuesta a los incidentes. Pero no se han practicado detenciones, y ni el Gobierno de Kosovo ni las autoridades internacionales en Kosovo han emitido una declaración oficial de condena de los ataques.

“No basta con reaccionar ante un incidente –afirma Sian Jones, investigador de Amnistía Internacional sobre los Balcanes–. Es necesaria una actitud proactiva, que incluya la ampliación de las patrullas policiales, la protección de los derechos de la comunidad romaní y el trabajo sectorial con estas comunidades para animar a sus miembros a denunciar tales hechos a la policía, que deberá investigar sin demora y con imparcialidad todas las denuncias de esa índole.”

En los últimos 10 años, las autoridades kosovares e internacionales no han protegido en ningún momento a las comunidades minoritarias frente a la violencia y la intimidación, dejando a la comunidad romaní expuesta a ataques reiterados, entre ellos los perpetrados en marzo de 2004 por motivos étnicos. Human Rights Watch ha documentado estas deficiencias en los informes:

  • Not on the Agenda: The Continuing Failure to Address Accountability in Kosovo Post-March 2004,
  • Kosovo Criminal Justice Scorecard,

Para más información, véase también:

  • Más información relativa al trabajo de Human Rights Watch sobre Kosovo
  • Más información relativa al trabajo de Amnistía Internacional sobre Kosovo

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