Hace poco estuve varios días hablando con mujeres en campos de refugiados de Lesbos y Samos, dos de las islas griegas donde miles de personas refugiadas permanecen atrapadas como consecuencia de una decisión adoptada por los gobiernos de la UE hace dos años.
“Nos tuvieron cinco días metidas en una tienda a la que la gente se refería como 'la cárcel'. Yo estaba escandalizada y dolida de ver que me trataban como a una delincuente”Amal, mujer refugiada siriopalestina
Yvette* ofrecía su cama a mujeres embarazadas que llegaban al campo de Moria, en Lesbos
Continúa el sufrimiento
Amistades para sobrevivir
Yvette*, de Camerún,
“Soy madre y comprendo sus dificultades. Me imagino lo duro que debe ser estar embarazada en Moria”,
Amina*, una joven yemení,No creo que lo hubiera soportado sin ella”.
Las condiciones en el campo de Moria, en Lesbos, son críticas.
La vida diaria es deprimente
Adèle*, una joven de CongoEn las duchas no hay cerrojos. Los hombres llaman a la puerta diciendo que me dé prisa. Pueden entrar sin más”.La joven Simone*, de un país del África subsahariana**,
“Todos los días hay casos de acoso o algo peor a mujeres dentro y fuera de Moria”,Nadia*, una joven afgana“En las duchas no hay cerrojos. Los hombres llaman a la puerta diciendo que me dé prisa. Pueden entrar sin más.”
Adèle, una joven refugiada de Congo
“Intento estar ocupada para no volverme loca”
Yvette “Intento estar ocupada para no volverme loca”Amina
Simone No puedo, tengo demasiadas cosas en la cabeza”.Adèle
Reanudar la vida
Nadia*, de Afganistán,Echo de menos a mi hermana”,
Amal trabajaba como estadística médica en Damasco.
Pero estoy muy cansada para seguir el viaje hasta ellos”,
Nadia*, de Afganistán, sueña con volver a estar con sus dos hermanas.
No se olviden de ellas
Si quieren saber lo que es pasar miedo, hambre y frío de verdad, vengan aquí”.
*Nombre ficticio para proteger la identidad de las mujeres.
**Se omite el nombre del país de origen de la entrevistada por motivos de seguridad.
