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Un soldado francés saluda a un niño en Gao, Malí, 14 de octubre de 2017.

Un soldado francés saluda a un niño en Gao, Malí, 14 de octubre de 2017. © REUTERS/Benoit Tessier

Blog

¿Cómo funciona el reclutamiento de menores por grupos armados y fuerzas gubernamentales?

Por Nieves Gascón, Equipo de Infancia de Amnistía Internacional,

"En la misma semana de enero de 2015 perdí a un amigo, Michel Renaud, en la redacción de Charlie Hebdo, y supe que el hijo de una amiga de mi hija, que hasta entonces no había tenido ninguna clase de relación con el Islam, se había ido a Siria para participar en la yihad. La onda de choque que provocaron esos dos acontecimientos hizo nacer en mí una necesidad inmediata de respuesta mediante las palabras".

Patrick Bard (2016)

Mis hijas tuvieron móvil a partir de los doce años porque ya iban solas al instituto. Probablemente hace unos años era más fácil retrasar el uso del teléfono móvil ya que no era tan generalizado. La idea de que tuvieran teléfono respondía a la razón de estar localizables. Tras un tiempo me di cuenta de que lo que realmente facilitaba el teléfono era su comunicación con iguales. Durante la etapa más vulnerable de la adolescencia me costaba que contestaran a mis llamadas al primer intento. En ese tiempo hablamos, y mucho, sobre el buen uso de internet, el peligro de las redes y consultamos en repetidas ocasiones la web de Pantallas Amigas, asistí a charlas informativas, me hice perfil en Instagram y utilicé WhatsApp para aprender el uso que podían hacer mis hijas, y, en definitiva, para acostumbrarme a una nueva forma de relación.

Adolecente utilizando un móvil

Adolescente utilizando un móvil. © Darius Sankowski

Sobre el uso de las redes y sus riesgos nos cuenta la novela de Patrick Bard, Se cerraron mis ojos, traducida por Fernando Moreiras, editada por Kalandraka en 2018, colección Factoría K Narrativa, cuya lectura recomiendo a partir de la adolescencia en adelante. Las voces de los diferentes personajes narran el proceso por el que Maëlle, una adolescente de 16 años de Le Mans (Francia), se transforma y es reclutada por el Dáesh a través de redes sociales y con el uso de argumentos muy manipuladores. La protagonista deja su casa y viaja a Siria para unirse a la lucha armada. El proceso de transformación es progresivo: Maëlle deja a su novio, cambia de forma de vestir, se va aislando y cada vez encuentra en las redes más argumentos que responden a sus inquietudes y más apoyo social. Todo el cambio es vivido con extrañeza en su entorno y no obstante se hace inevitable su marcha de casa. A su llegada a Siria la casan con otro chico combatiente, al que no conoce.El relato, magistralmente construido por su autor, resulta inquietante, absolutamente real y cercano. El reclutamiento por redes es un hecho que coexiste con la falta de expectativas de las y los jóvenes, la crisis económica, sanitaria, los problemas familiares, psicológicos, y un mundo con conflictos armados e intereses creados que alimentan la existencia de estas situaciones de violencia permanentemente.

La idea que inicialmente tenemos sobre los niños y niñas soldados responde a un cliché o imagen estereotipada: niño africano con casco y fusil Kalashnikov. Nos equivocamos. Ni todos los niños soldados son varones, ni africanos, ni tienen que estar armados para participar en las guerras. Niñas y niños soldados pueden tener diferentes roles: porteadores, escudos humanos, mensajeros, espías, cocineros o cocineras y, en el caso de las niñas, además, esclavas sexuales y madres de otros niños y niñas, tras sufrir violencia sexual.

En 2021, según Save The Children y la ONU37 millones de niños y niñas en el mundo estaban en riesgo de ser reclutados por grupos armados y fuerzas gubernamentales.Los países en los que se recluta a menores ascienden a 13, según datos de Naciones Unidas, registrándose la cantidad más alta en las tres últimas décadas. Se han registrado 30 situaciones de conflicto en África, Asia, Oriente Medio y América Latina en los últimos 16 años.

Niños y niñas soldados entrenando

Ex niños y niñas soldados asisten a una ceremonia de liberación de niños y niñas soldados, en las afueras de Yambio, Sudán del Sur, 7 de agosto de 2018. © REUTERS/Andreea Campeanu

El reclutamiento no es la única amenaza para niños, niñas y adolescentes. En 2020, armas y restos explosivos causaron el 50% del total de víctimas infantiles, en concreto, 3.900 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de mutilación y muerte. A estos daños cabe añadir otros como el estrés postraumático, la soledad por la pérdida de familiares y la vulnerabilidad derivada de la falta de oportunidades formativas o laborales en la mayoría de los casos.

Además, estas víctimas ven negados su derecho a educación, sanidad, a la vida en familia y en mínimo bienestar, viéndose en constante situación de violación de sus derechos humanos e incumpliéndose sistemáticamente la normativa internacional.

Desde Amnistía Internacional hacemos un llamamiento tanto a todos los Estados del mundo como los grupos armados que reclutan a estos chicos y chicas para que se sumen a la liberación de niñas y niños soldados, a procesos de desarme, desmovilización e integración de estos chicos y chicas, proveyéndoles de mínimas garantía para el cumplimiento de sus derechos humanos en cumplimiento de la normativa internacional.

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