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© Angelos Tzortzinis/picture-alliance/dpa/AP Images. Una mujer refugiada siria sostiene a su bebé mientras espera subir a un autobús en el puerto de El Pireo en Atenas.

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Ojos que no ven: el acuerdo UE-Turquía, símbolo de una política miope sobre asilo y migración

Irem Arf (@irem_arf), investigadora sobre migraciones de Amnistía Internacional,


“No entiendo por qué tenemos que quedarnos aquí, en este campo horrible y peligroso. No sé cuánto tiempo más voy a aguantar”

se sintió insegura como mujer refugiada no acompañada.el miedo es una constante” en su vida en el campo de Vathy.


Protesta encabezada por personas refugiadas en Grecia para pedir la reunificación familiar en Alemania. © Robert Geiss/picture-alliance/dpa/AP Images



graves condiciones de hacinamiento y las deficientes instalaciones en lugares como el campo de Vathyvivir en condiciones insalubres y a poner en riesgo diariamente su salud, integridad y seguridad.





Dicen que ni siquiera duermen tranquilas por la noche.


Migrantes que viven en Grecia corean consignas durante una manifestación contra el acuerdo UE-Turquía, en Atenas, sábado 17 de marzo de 2018. © AP Photo/Yorgos Karahalis

rustrar el modelo de actividad de los traficantes y ofrecer a los migrantes una alternativa a arriesgar sus vidas”.



Las personas refugiadas en Turquía siguen sin una alternativa real a los peligrosos viajes irregulares a Europa.





Deben abrirse más rutas legales y seguras,

mientras haya personas que necesiten protección desesperadamente, levantar barreras, visibles o invisibles, no impedirá que emprendan el viaje para buscarla. Estas barreras terminan cayendo, o aparecen nuevas grietas.

Irem Arf, Amnistía Internacional




*Nombre ficticio.


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