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No hay diamantes para los niños y niñas refugiados en Grecia

Kondylia Gogou, investigadora de Amnistía Internacional sobre Grecia,

Ha llegado septiembre, y en Europa comienza un nuevo curso escolar. Sin embargo, en los márgenes del continente, miles de niños y niñas tienen que limitarse a soñar con el día en que puedan continuar su valiosa educación. Se dice que “el conocimiento es como un diamante”, pero no hay diamantes en bruto para los niños y niñas refugiados en Grecia

podría dar cierta esperanza a las decenas de miles de niños y niñas

A los niños y niñas les asustan las frecuentes peleas

Cada dos o tres días, mi escuela cerraba a causa de las bombas, y una vez cayó una bomba en el recinto escolar y tuvimos que salir corriendo.
Ghena, de 17 años, de Siria
MaherNo he ido a la escuela en dos años. La echo de menosel 38% son menores de edadhan olvidado cómo leer y escribirDiana

Diana con su madre, Fidan, refugiada kurda de Siria de 52 años, de Alepo, y su hermano Amer en el campo de Sinatex © Amnesty International (Foto: Richard Burton)

Trabajaba 12 horas al día y ganaba 500 liras turcas al mes”, me contó. “Sólo fui a la escuela tres años, y no sé leer ni escribir árabe ni kurdo. Cuando crezca, quiero ser médico.
Diana, de 14 años, kurda de Siria
convertirse en médico parece inalcanzableproblemas de salud mental

se cuestionaba si merecía la pena vivir

Yusuf

Yusuf Adaas, sastre de 47 años, resultó herido en Alepo y perdió la pierna derecha. © Amnesty International (Foto: Richard Burton)

El conocimiento es como un diamante... nunca tienes suficiente.
Yusuf, de 47 años, de SiriaOnassis
proporcionan actividades educativas

no eran capaces que permanecer en un sitio

ansían desesperadamente la seguridad de un hogarAbdullahNecesito la oportunidad de ir a la escuela

Desde el campo de Nea Kavala, Abdullah, de 16 años y procedente de Siria, escribe un mensaje a los líderes europeos. © Amnesty International (Foto: Richard Burton)

le prometí que su voz y su mensaje se escucharían

Los gobiernos de Europa deben utilizar todos los medios disponibles

conviene recordar cuánto desean estos niños y niñas refugiados poder asistir a la escuela

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