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La población civil de Yemen lleva más de 50 días padeciendo los ataques con misiles y combates internos que asolan buena parte del país. © AI

Blog

Ninguna calle es segura: Historias de personas destrozadas por la guerra en Yemen

Por Radhya Almutawake, Amnistía Internacional,

Tras realizar un peligroso recorrido desde Saná en las últimas semanas, un activista de derechos humanos habla con la población civil yemení sobre cómo es la vida cuando la perspectiva de la guerra hace desaparecer cualquier sensación de normalidad. Los habitantes de la zona compartieron desgarradoras historias sobre cómo viven desde que hace más de 50 días comenzara la campaña dirigida por Arabia Saudí.






falta de combustible, cortes de electricidad y peligro de ataques aéreos de la coalición dirigida por Arabia Saudí.

La población lucha para hacer frente a la situación, mientras todo lo demás está en peligro. © AI


Munther, Ayham Anees, Mohammed Mazen,

“Yo fui quien les dijo que fueran a jugar precisamente a esa calle, porque era segura


Salah Mohamed al-Utaibi,

“Insistí en que Mohamed devolviera el autobús que conduce a su dueño y viniera a casa. Quería protegerlo de las bombas, y resulta que una de ellas impactó en mi casa y ahora le han tenido que amputar la pierna”,






Akamat Alkharabah
un misil saudí impactó en su zona más pobre.

“Creíamos que Asiri [el general de brigada saudí Ahmed Asiri] decía la verdad cuando nos aseguró que los objetivos de la coalición eran muy precisos y que nuestros aviones no mataban civiles”,

Wadha, “Estaba sola en casa cuando oí la explosión y creí que la casa se me caía encima. Cuando todo quedó en silencio, salí y olía a neumático quemado. Me alejé corriendo cuando comenzaron a sacar cadáveres. No podía soportar quedarme allí mirando”.

En Yemen hay peligro de ataques aéreos de la coalición dirigida por Arabia Saudí, pero también del conflicto armado interno que libran las milicias huzis y las fuerzas leales al expresidente Saleh por un lado, y la llamada "Resistencia Popular" compuesta por milicias cercanas al partido Al Islah y fuerzas leales al presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, por otro. © AI




La gente de a pie muere aunque no tenga relación ni simpatice con ninguno de los bandos en liza.


monte Sabr Lanzados desde la cima del monte Sabr, impactaron contra una tranquila aldea llamada al-Dhahra, situada en su falda.





Estaba sentada junto a la madre de los chicos que murieron (Azzam y Ahid), cuando oímos un sonido sibilante y vi que algo ardía. Nos levantamos de un salto y al llegar, vi a Dua’a inclinada cortando patatas delante de su casa antes de que la matara el primer proyectil. Varios hombres del pueblo llegaron a rescatarla mientras yo buscaba a mis hijos. Luego alguien gritó “¡Al suelo!”. El segundo proyectil impactó mientras Ramzi, que llevaba a Dua’a en una manta, gritaba ‘Allahu Akbar’ (Alá es el más grande) antes de que estallara. Me acerqué a ellos para ayudarlos y oí cómo 'Ahid me llamaba: ‘Tita, ayúdame, me han herido’”

“Vi el cuerpo decapitado de Ramzi mientras Azzam, que había perdido una pierna, llamaba a su madre para que lo ayudara, diciendo que sangraba. Sina’a yacía boca abajo con una herida en el cuello. Ahlam llegó para ayudar, llevando en brazos a su hija de nueve meses, cuando cayó un tercer proyectil que le destrozó la espalda y le salió por el pecho. Ella murió y su hija perdió una pierna. Fui a buscar a mis hijos y no sé cuándo me herí en la mano y el pie. Sólo recuerdo que corría y corría, intentando salvar a alguien”.

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