La investigación rigurosa y exhaustiva de las violaciones de derechos humanos es una seña de identidad fundamental de Amnistía Internacional (AI), que debe gran parte de su prestigio a la calidad de esa tarea y a la fiabilidad de su información.
Y eso, como subraya Virginia Álvarez, responsable de investigación de Amnistía Internacional España, se enmarca en "una estrategia más amplia, cuyo principal objetivo es lograr cambios" para que mejore la situación de los derechos humanos.
Amnistía no solo documenta y denuncia las violaciones de derechos humanos, sino que propone soluciones –en forma de recomendaciones– para que tales casos no se repitan y para que las víctimas reciban protección, justicia y reparación. La labor investigadora sirve de apoyo al activismo, las movilizaciones y la incidencia política de la organización. Y todo ese esfuerzo colectivo se ve reforzado por principios claves como la imparcialidad e independencia –AI no recibe donaciones ni ayudas de las administraciones–, que buscan evitar el más mínimo condicionamiento externo.
“Amnistía Internacional documenta y denuncia las violaciones de derechos humanos y propone soluciones –en forma de recomendaciones– para que tales casos no se repitan y para que las víctimas reciban protección, justicia y reparación”
Amnistía Internacional
"Todas las secciones –remarca Virginia Álvarez– tienen el mismo marco conceptual de trabajo", que emana de las líneas estratégicas señaladas por el Secretariado Internacional de Amnistía y que sirve de referencia a los planes de las secciones nacionales. En nuestro país, añade, las investigaciones se realizan en función de aquel marco internacional y de las prioridades decididas por Amnistía Internacional España en sus propias líneas estratégicas, en las que destacan temas como los abusos policiales, la migración o la violencia de género.
Miembro de Amnistía Internacional en calidad de observador internacional. © AI USA
La labor investigadora se pone en marcha cuando se detecta, sea por denuncias recibidas o por su propia observación, violaciones de derechos humanos en relación a las obligaciones internacionales de España. "Lo primero que analizamos son esas obligaciones y estándares internacionales", señala Álvarez, así como la legislación interna sobre el particular. Después "comprobamos si hay vacíos legislativos, y la aplicación práctica" de la norma. Y una vez examinado el ordenamiento legal y su impacto sobre las personas, "hay que documentar esos impactos con casos reales" como paso previo para "plantear recomendaciones sobre la ley y su aplicación".
Para poder asumir con garantìas la labor investigadora, es imprescindible desarrollar las correspondientes habilidades, competencias y conocimientos, en un proceso continuo que siempre habrá que fortalecer y consolidar. "Yo misma –aclara Virginia Álvarez– participo en actividades formativas, en Londres y Madrid, con gente de otras secciones. La formación se imparte tanto a personas del área de investigación como a personas relacionadas con esa tarea. Y cuando 'salimos' a terreno, vamos con otros equipos de Amnistía (comunicación, incidencia política, estrategia de campaña), pero compartimos los mismos criterios y estándares".
“
AMNISTÍA INTERNACIONAL no recibe donaciones ni ayudas de las administraciones para evitar el más mínimo condicionamiento externo.
”
Las fuentes de la investigación son fundamentales para su credibilidad, y Amnistía Internacional pone su máximo empeño en consultar fuentes y contactos muy diversos: presos y presas y sus familiares, abogados y abogadas –a veces asiste a juicios en calidad de observadora–, periodistas, diplomáticos, personas refugiadas, organizaciones de derechos humanos, activistas locales, personas que han presenciado las violaciones de esos derechos, trabajadores comunitarios, organizaciones humanitarias, instituciones religiosas... La organización también obtiene información esencial a través de mensajes por correo electrónico, llamadas telefónicas y visitas personales. Además, examina periódicos, webs y otros medios de comunicación para completar el retrato de la situación.
Álvarez aclara que "en cualquier investigación se habla con todas las partes, incluidas las autoridades, para conocer su versión y sus explicaciones. También se les exponen las conclusiones al final, para que las rebatan si llega el caso. Estos contactos con personas con responsabilidad política pueden ser importantes para cambiar cosas".
Presentación del informe de Amnistía Internacional "España: El derecho a protestar, amenazado" en rueda de prensa. © AI España
El abanico investigador de Amnistía Internacional es muy amplio. Además de los informes nacionales, incluye informes regionales sobre violaciones de derechos humanos en varios países –como el uso excesivo de la fuerza o la vulneración del derecho de reunión pacífica en las protestas por la crisis en Europa–, y también informes a organizaciones internacionales –como los comités internacionales de la ONU y del Consejo de Europa– para contribuir al control global de los derechos humanos.
En cuanto a las visitas a países concretos, la organización envía delegaciones para evaluar la situación sobre el terreno de manera abierta y después de comunicarlo a las autoridades. Si se les niega la entrada, los equipos de investigación pueden apoyarse en fuentes de información de fuera del país, como medios de comunicación, personas refugiadas y representantes diplomáticos en el extranjero.
Antes de publicar una declaración o un informe, el texto se somete siempre a aprobación en el Secretariado Internacional para asegurarse de que es exacto y políticamente imparcial y se encuadra en el mandato de Amnistía Internacional.