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Jóvenes estudiantes se unen por un mundo sin pena de muerte

Por María Pastor, activista del equipo de Relaciones Institucionales y Silvia R. Zazo, activista del equipo de comunicación,

Shujja Graham, exonerado del corredor de la muerte y uno de los protagonistas del cortometraje The Resurrection Club, visitó varios institutos de Madrid para compartir su experiencia con jóvenes. > Eran las 19'00 h cuando la preparación cobraba su máximo sentido: folletos sobre la pena de muerte, plantillas para recoger firmas… Pero antes, algo mucho menos ensayado y quizá provocador de emociones más fuertes: los protagonistas de esta historia. Cuando aparecieron por la puerta Shujaa Graham y su mujer Phyllis, el grupo escolar de Amnistía Internacional del instituto Juan de Herrera (San Lorenzo de El Escorial) enmudeció. “Nos hemos quedado todos en silencio, mirándole, sin saber qué hacer o decir; ha sido increíble”, musitó Carmen Cuesta, profesora del grupo escolar. Fue él, Shujaa, quien decidió romper el hielo entregándose a una multitud de chavales que tuvieron que enfrentarse a las emociones y al entendimiento de lo que es el corredor de la muerte. Shujaa, emisor en este caso de las primeras palabras en este encuentro previo al acto con público, fue también receptor de decenas de miradas en las que se reflejaba inquietud y preguntas existenciales: “¿por qué tú has sobrevivido?”; o peor: “¿por qué hay gente que tiene que sobrevivir a esto?”.

ES POR PERSONAS COMO VOSOTRaS por las que sigo vivo (...). algunas noches me acostaba pensando que no levantarse al día siguiente sería mejor.

Shujja Graham

Organizadores e intérpretes por un día

“es por personas como vosotras por las que sigo vivo”.


Shujja Graham, exonerado del corredor de la muerte durante el acto organizado por el grupo escolar de Amnistía Internacional del instituto Juan de Herrera. © Amnistía Internacional

Escasas esperanzas

“algunas noches me acostaba pensando que no levantarse al día siguiente sería mejor”.“Salir de la celda para acudir a juicios en los que mantenía escasas esperanzas solo representaban la alegría de poder estirar un poco las piernas y ver gente”Además de para cambiar mi escenario muchas veces fingía estar enfermo para ver a mi enfermera”Shujaa, te vamos a sacar de aquí”. “es lo que hice yo desde la cárcel, intentar unirme con otras personas y luchar por los derechos humanos y la justicia social”.
Yo ya tenía esa visión [en contra] de la pena de muerte, pero este tipo de charlas me ayudan a recuperar la esperanza (...) este mundo puede cambiar y lo estamos consiguiendo
Julieta, estudiante del Instituto Juan de Herrera

Reproches, rencores… justicia

no quiero conseguir dinero porque me han entregado lo más valioso: la fuerza de seguir luchando por la justicia en el mundo hasta el final de mis díascántico

El mundo puede cambiar, y lo estamos consiguiendo

yo ya tenía esa visión [en contra] de la pena de muerte, pero este tipo de charlas y experiencias me ayudan a recuperar la esperanza en que cada vez hay más gente que se libra de estas situaciones y… que es verdad, que este mundo puede cambiar y lo estamos consiguiendo”.

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