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Vulneraciones de derechos humanos en Qatar

Trabajadores de la construcción, ciudad de Lusail, Qatar. © AI

Blog

El ‘once’ de Amnistía Internacional para el Mundial de Qatar

Por Alberto Senante (@asenante), colaborador de Amnistía Internacional,

A pocos días para el inicio del Campeonato del Mundo de fútbol que se celebrará en Qatar, Amnistía Internacional propone una ‘alineación’ diferente para ilustrar a través de sus casos y sus voces la realidad que se vive en el país lejos de los focos de los estadios.

1. Joshua 

Joshua, trabajador de seguridad privada keniano, decidió abandonar Qatar antes de que acabara su contrato. “Era insoportable seguir en la empresa en la que estaba por el trato y la sobrecarga de trabajo. En cuatro meses solo te dan dos días libres. Hay retrasos en los salarios y demasiadas multas (…). La empresa me ha retenido el visado, de manera que no puedo volver si consigo un trabajo en otra empresa”.

2. Joy

Lastrabajadoras domésticas como Joy son uno de los eslabones más débiles entre las personas migrantes que trabajan en Qatar. Sin supervisión de ningún tipo, en su día a día quedan en manos de los empleadores, con los que muchas veces conviven. “La señora nos empezó a gritar a todas [las criadas]. Empezó a escupirnos y me abofeteó otra vez. Antes de ese incidente también me dio una patada en la espalda”.

3 y 4. Hazza y Rashed bin Ali Abu Shurayda

Hazza y Rashed, dos hermanos que trabajaban como abogados en Qatar, fueron detenidos en agosto de 2021 tras una protesta contra la forma de elección de la Asamblea Consultiva. Además de ser una muestra clara de la falta de libertad de expresión en el país, el continuado régimen de aislamiento al que han sido sometidos supone también un caso de tortura.

5. Ibn al Dheeb

Otro ejemplo de la falta de libertades en Qatar fue el encarcelamiento en 2012 del poeta Mohammed al Ajami, conocido como Ibn al Dheeb, quien fue condenado a 15 años de cárcel por escribir y recitar públicamente un poema considerado una crítica hacia la familia gobernante en el país, los Al Thani. Tras casi cinco años en prisión fue liberado.

6. Paola Schietekat 

Esta mujer mexicana llegó a Qatar en 2020 precisamente para trabajar en la organización del Mundial. Un año después denunció un caso de agresión sexual, pero el acusado aseguró que tenía una relación con ella, por lo que la investigación se volvió en su contra. Paola Schietekat fue condenada por el delito dezina (sexo extramarital), algo que las leyes qataríes castigan con 100 latigazos y siete años de prisión. Por suerte pudo escapar a su país antes de cumplir la condena. “Aunque no existía evidencia para respaldar su acusación, tampoco hubo presunción de inocencia para mí. Y de ser víctima, las autoridades me trataron como criminal”.

7. Noof al Maadeed

Esta joven feminista qatarí estuvo dos años en Reino Unido donde pidió asilo para huir de violencia por parte de sus familiares y la falta de libertades, en particular para las mujeres. En 2021 volvió a su país tras recibir garantías del gobierno para su seguridad. Sin embargo, Noof al Maadeed desapareció durante varios meses después de haber denunciado nuevas amenazas familiares. Pese a que en enero de este año reapareció asegurando que se encontraba bien, se sigue temiendo por integridad.

8. Malcom Bidali 

Malcolm Bidali es un keniano de 28 años que trabajaba como guardia de seguridad para la empresa GSS Certis International, una de las que ofrece sus servicios de cara a la organización de la Copa del Mundo. Llegó a Qatar en 2016 y fue en mayo de 2020 cuando Bidali comenzó a denunciar en un blog las condiciones en las que trabajan los extranjeros en el país, con jornadas de 12 horas, retrasos en los pagos, sin protección frente al frío y el calor y, en ocasiones, con solo una comida al día. “Hay cuatro cuartos de baño para 54. Es deshumanizante”. En mayo de 2021, Bidali fue detenido y encarcelado durante un mes. Entonces consiguió escapar a Londres, ciudad desde la que sigue denunciando el sistema qatarí a través de su cuenta de twitter, @NoahArticulates.

9. Brahma, y decenas de otros migrantes expulsados 

En abril de 2020, tras la irrupción de la pandemia, Amnistía Internacional documentó decenas de expulsiones de migrantes tras haberles asegurado que les llevaban a hacerle la prueba del coronavirus. “La policía nos dijo que iba a venir el médico a mirar lo del virus. Pero nos mintió”. Uno de los 20 nepalíes entrevistados por la organización denunciaba también las terribles condiciones en las que estuvieron recluidos durante días. “La cárcel estaba llena de gente. Nos daban un pedazo de pan al día, que no era suficiente. Nos daban de comer a todos a la vez, poniendo la comida en el suelo sobre un plástico. Como había tanta gente, algunas personas no llegaban a ella”.

Condiciones laborales trabajadores migrantes Qatar

Los trabajadores del campamento de Al Wakrah dormían en literas en habitaciones con capacidad para cuatro, seis, ocho o más hombres, mayo de 2015. © Amnistía Internacional

10. Tul Bahadur Gharti

tul Bahadur Gharti fue un obrero nepalí que murió mientras dormía el 28 de mayo de 2020, cuando solo tenía 34 años. Ese día había trabajado más de 10 horas en la construcción, expuesto a temperaturas que llegaron a los 39°. Él es uno de los miles de personas que habrían perdido la vida debido a las duras condiciones de trabajo desde que en 2010 la FIFA eligiera a Qatar como sede del Mundial de la Copa del Mundo. Su mujer, Bipana, contó: “Jamás le oí mencionar una sola enfermedad. Cuando me llegó la noticia de su muerte repentina, no me lo podía creer. A mi esposo le prendieron fuego. Siento como si estuviera quemándome en aceite”.

11. Bumishara 

Detrás de cada una de las personas fallecidas en Qatar como consecuencia de las pésimas condiciones laborales quedan sus familias. No han recibido explicaciones ni indemnizaciones tras perder a sus seres queridos, con lo que la vida se les hace aún más difícil en países como Bangladesh, Nepal, Pakistán o India. Yam Bahadur tenía 34 años cuando trabajaba como guardia en un aeropuerto. Murió en febrero de 2020 durante su jornada laboral. Su esposa Bumishara recuerda: “Tenía que estar sentado bajo el sol durante mucho tiempo. Creo que tuvo un ataque al corazón por la sequedad y el calor porque nunca había oído nada de que estuviera enfermo”.

Entrenador, la Kafala

Kafala es el nombre que se le adjudica al sistema de “patrocinio de empresas” que permite los abusos a los trabajadores extranjeros en Qatar y algunos países de la región. A pesar de las promesas del gobierno y de ciertos avances en su legislación laboral, Amnistía Internacional ha documentado cómo se mantienen prácticas abusivas como los obstáculos para cambiar de trabajo, la prohibición de los sindicatos o la retirada de los pasaportes.

Nota: algunos de los nombres han sido modificados para preservar su seguridad.

 

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