Este fin de semana se celebrará en Bahréin el Gran Premio de Fórmula 1. Pero detrás de los brillantes bólidos y las enormes botellas de champán, hay un gobierno que no se detiene ante nada con tal de castigar a quienes se atreven a protestar por la trágica situación de los derechos humanos en el país.
Está prohibido manifestarse en la capital, Manama
Puedes ir a la cárcel por criticar a las autoridades en Twitter u otras redes sociales
Si a las autoridades no les gusta el trabajo de una organización, pueden cerrarla sin más
La tortura es práctica habitual contra los muchos activistas que acaban detenidos
Y, si nada de eso funciona, el gobierno simplemente retira la nacionalidad
Bahrain: Behind the rhetoric: Human rights abuses in Bahrain continue unabated