En la lucha por los derechos de la mujer cualquier noticia sobre avances es una buena noticia. Por ello, cuando se habló de la creación del primer Consejo de Mujeres dentro del programa Vision 2030 en Arabia Saudí, se disparó nuestra atención.
Estábamos pendientes, pero cuando el día de la inauguración el príncipe Faisal bin Mishal bin Saud, gobernador de Al Qasim, proclamó con gran entusiasmo que miraban a las mujeres como a sus hermanas y que iban a abrir nuevas oportunidades de trabajo para ellas, nos quedamos sin palabras al contemplar el escenario en el que se producían las declaraciones. Un auditorio repleto de hombres, 13 en total, y ninguna mujer presente, ni siquiera la princesa Abir bint Salman, presidenta del Consejo. Según informó la BBC, las únicas mujeres que participaron en el evento lo hicieron desde otra habitación a través de videoconferencia.
Durante el transcurso del consejo, los 13 hombres debatieron sobre el papel de la mujer con la pretensión de promover la igualdad de oportunidades en el mundo laboral. Pero tal y como se puede constatar, las proclamas de apertura en el reino de Arabia Saudí son un brindis al sol. El papel de la mujer sigue siendo testimonial y supeditado a la voluntad del hombre.
“Las mujeres en Arabia Saudí siguen estando discriminadas en la ley y en la práctica. Su papel es testimonial y supeditado a la voluntad del hombre”
Amnistía Internacional
Desde Amnistía Internacional trabajamos por los derechos de las mujeres y niñas en el mundo, también en Arabia Saudí. Lanzamos noticias, publicamos informes, promovemos ciberacciones... La realidad más actual la recogemos en nuestro Informe Anual, presentado el pasado mes de febrero, en el que denunciamos las deficiencias en un país donde continúan estando discriminadas en la ley y en la práctica, y donde no reciben protección adecuada contra la violencia sexual y de otros tipos. Las mujeres en Arabia Saudí siguen estando jurídicamente subordinadas a los hombres y en situación de inferioridad a ellos en lo relativo al matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos e hijas y la herencia. No tienen acceso a la educación superior, al empleo remunerado y a los viajes al extranjero sin la aprobación de su tutor varón. Tampoco pueden conducir vehículos.
En agosto, una campaña emprendida en Twitter con el lema de “Las mujeres saudíes exigen el fin de la tutela” hizo que decenas de miles de mujeres expresaran su oposición al sistema de tutela masculina. Fuentes activistas calculaban que, en septiembre, 14.000 mujeres saudíes habían firmado una petición en Internet en la que se solicitaba al rey Salmán la abolición del sistema.
El pasado 11 de diciembre Malak al Shehri fue detenida e interrogada por haber publicado en las redes sociales un fotografía suya sin abaya (túnica de cuerpo entero). Quedó en libertad el 16 de diciembre, pero su condición jurídica no estaba clara. Algo que no sorprende en un país donde decenas de activistas son procesados y cumplen largas penas de prisión por el ejercicio pacífico de sus derechos humanos.
Samar Badawi fue también detenida por agentes de los servicios de seguridad de Arabia Saudí en relación con sus actividades a favor de la libertad de su ex esposo, el abogado de derechos humanos encarcelado Waleed Abu al Khair.
