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Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo
© Nacho Doce

Turista con mascarilla después de que Cataluña anunciara restricciones para contener la propagación del coronavirus en Barcelona, España, septiembre de 2020.

Blog

10 bulos sobre COVID-19 y derechos humanos

Por Amnistía Internacional,

“Llevar ´el bozal´ viola mis derechos humanos”. “Tengo derecho a elegir si seguir las indicaciones sanitarias o no”. “Nadie puede restringir mi libertad de movimiento”. “China es el país que mejor ha gestionado la crisis”. Seguro que has oído frases como éstas, ¿verdad?

Se expanden como la pólvora. Suelen sembrar confusión o miedo. Y, lo que es peor: pueden ser peligrosas para nuestra salud. Son los bulos sobre COVID-19 y derechos humanos, que, en los últimos meses, han llenado de ruido las redes sociales. Compartimos los 10 bulos más repetidos y nuestras respuestas para desmontarlos. Frénalos de la mejor manera que existe: ¡con datos y argumentos!

Bulo 1: La mascarilla viola los derechos humanos

“Nadie puede obligarme a llevar “el bozal”. “Tengo el derecho de decidir si llevar o no mascarilla”.

Es cierto que todas las personas tienen el derecho a decidir cómo vestir y qué prendas llevar. Pero, en ocasiones excepcionales, como en el caso de una pandemia,  pueden ponerse ciertos límites. ¿El objetivo? Asegurar que toda la comunidad tenga derecho a la salud o a la vida. Si llevar la mascarilla es una medida necesaria y obligatoria para evitar contagios y así lo han establecido las autoridades sanitarias, debemos utilizarla. Y no se estará violando ningún derecho humano. Al revés, estaremos protegiendo los derechos de todos/as.

Bulo 2: Tengo derecho a elegir si seguir las indicaciones sanitarias o no

“Mi libertad está por encima de todo”. “No creo en el virus. No creo en las autoridades sanitarias. No pienso hacer lo que me piden”.

Para nada. Con el fin de proteger  la salud pública y apoyar a los grupos y las personas que están en mayor riesgo, los Estados pueden imponer ciertas restricciones a algunos de nuestros derechos humanos, y tenemos que acatarlas. Incluso puede haber sanciones para las personas que no las cumplan. Un ejemplo de ello fue el estado de alarma. Eso sí, desde Amnistía Internacional, pedimos que las restricciones sean proporcionadas y duren el tiempo mínimo necesario.

Bulo 3: Nadie puede restringir mi derecho a moverme

“Tengo derecho a desplazarme libremente”. “Nadie puede impedirme ir a mi casa de la playa”.

Una vez más, no en situaciones excepcionales. Por ejemplo, los Estados pueden imponer cuarentenas, restricciones o prohibiciones de viajes. Eso sí, estas medidas deben llevarse a cabo de manera no discriminatoria, tener una finalidad legítima y ser proporcionales a ella.

Bulo 4: El virus no tiene género. ¿Por qué habláis de las mujeres?

“Hombres y mujeres han tenido que enfrentarse por igual al virus”. “Aquí no hay feminismo que valga”.

No es cierto: las mujeres y las niñas nos vemos en general más afectadas por las crisis de todo pelaje. Y la del COVID-19 no iba a ser menos. Las mujeres representan el 70% del personal sanitario. Médicas, enfermeras, matronas, personal auxiliar de enfermería y geriatría, celadoras… todas ellas han estado y están en primera línea de atención frente a la enfermedad. Eso explica que el 76% del personal sanitario contagiado por COVID-19 hayan sido mujeres.

A esto hay que añadir la precariedad de las cuidadoras durante la pandemia. Confinadas con las personas que atendían y sin protección, estuvieron expuestas, desprotegidas y solas. Muchas de estas mujeres son personas migrantes sin papeles, sin derechos laborales y con miedo a que, sin trabajo, se paralice su proceso de “arraigo social”. Lo mismo les ocurre a las empleadas del hogar. Documentamos varios testimonios en nuestro reportaje “Mujeres contra el Coronavirus”.

Bulo 5: Las app de rastreo violan mi derecho a la privacidad

“Con la excusa del coronavirus, todas las app usan los datos para controlarnos”.

No todas. Los Gobiernos pueden utilizar aplicaciones de rastreo de contactos para responder a la pandemia. Pero, para que sean compatibles con los derechos humanos, estas app deben, entre otras cosas, incorporar en su diseño la protección de los datos y la privacidad. Esto significa que los datos recopilados deben ser los mínimos necesarios y estar almacenarse de forma segura.

Para que estas app respeten los derechos humanos, toda recopilación de datos debe limitarse al control de la propagación de la COVID-19 y no tener ningún otro fin. Tampoco deben ponerse a disposición de terceros ni destinarse a fines comerciales. La decisión individual de descargar y usar estas app debe ser completamente voluntaria.

A falta de analizar con más detalle sus condiciones de funcionamiento, una primera evaluación de la app RADAR COVID que se está desplegando en España no parece suscitar ninguna preocupación de primer orden sobre su respeto a la privacidad de los usuarios.

Bulo 6: China es el país que mejor gestionó la crisis

“China ha sabido hacer frente a la crisis con una firmeza ejemplar”. “China es un modelo a seguir”.

Nada más lejos de la realidad. Al inicio de la crisis, el Gobierno chino, para “salvaguardar la seguridad del Estado”, decidió ocultar la información y castigar a quienes hablaban de la COVID-19, haciendo perder al mundo semanas críticas para hacer frente a la pandemia desde su origen. Así, Li Wenliang, el médico que alertó de esta enfermedad, fue silenciado y castigado por “difundir rumores”. De esta forma, China puso en riesgo la salud de millones de personas. Además, la censura siguió intimidando y acosando a las personas que trataban de difundir información.

Bulo 7: El virus nos ha atacado a todos/as por igual

“El virus no entiende de fronteras ni clases sociales. Ataca a todos por igual”.

Aunque cualquier persona puede enfermar de COVID-19, hay colectivos que tienen dificultades adicionales para acceder a la prevención y los tratamientos: gente que vive en la pobreza, personas sin hogar, migrantes en situación administrativa irregular, gente en situación laboral precaria, personas con discapacidad, gente sin acceso adecuado a agua y saneamiento, personas privadas de libertad… y personas LGBTI. De hecho, durante la pandemia, la homofobia ha aumentado y personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales han sufrido nuevas formas de discriminación.

Bulo 8: los inmigrantes irregulares no tienen derecho a recibir atención sanitaria contra la COVID-19

“En la sanidad pública no hay recursos para todo el mundo. Los profesionales sanitarios deben atender primero a los españoles”.

No, no y no. Todo el mundo tiene derecho a la salud, es un derecho humano por encima de las legislaciones nacionales. La atención médica debe ser accesible para todas las personas, especialmente para los sectores más vulnerables o marginados de la población. Todo el mundo debe poder ser atendido/a sin discriminación.


Bulo 9: los recortes en sanidad en los últimos años en España no han afectado a nuestro sistema de salud público

“Los recortes eran necesarios y no han perjudicado al sistema”.

Otra falsedad. La falta de financiación adecuada de la sanidad en los últimos años ha pasado factura. La década de los recortes sanitarios y sociales ha debilitado el sistema de salud público, deteriorando el acceso, la asequibilidad y la calidad de la atención sanitaria en España. Así, mientras el PIB ha subido un 8,6%, el gasto sanitario público se ha reducido en un 11,21%. En este mapa resumimos los datos de evolución en la inversión sanitaria de 2009 a 2018 por comunidades autónomas.


Bulo 10: la vacuna solo va a servir para engrosar la industria farmacéutica

“No pienso ponerme la vacuna. Es un negocio de las farmacéuticas” “Va a servir para controlarnos”.

Desde Amnistía Internacional pedimos medidas urgentes para apoyar el desarrollo de una vacuna para la COVID-19 que esté accesible y disponible para todas las personas, en todos los países, sin discriminación.

Y recordamos: ante la histeria, calma. Ante los datos falsos, información. Ante la irresponsabilidad, humanidad. Cuando los libros de historia expliquen esta pandemia, tenemos dos opciones: aparecer como la generación que hizo frente con egoismo y con odio, o al contrario, con humanidad. Demostremos lo que somos capaces de hacer cuando sacamos nuestro lado más humano.>

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