Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

Detengan el traslado forzoso de civiles de Ucrania a Rusia

Niña en brazos de una mujer.
Alisa, una niña de cuatro años que fue separada de su madre por el ejercito ruso durante las medidas de "filtración". © GtresOnline
¡Gracias!

Esta acción ha finalizado. Hemos sido 5.423 firmantes

Recientemente, Naciones Unidas ha verificado que soldados rusos han sometido a civiles ucranianos a procesos de “filtración”. Desde Amnistía Internacional seguimos trabajando para que las autoridades rusas detengan de inmediato esta práctica y faciliten la evacuación segura de civiles de Ucrania a las zonas controladas por el gobierno ucraniano si esa es su elección, así como para que los sectores de la población en mayor riesgo, incluidos niños y niñas, personas mayores y personas con discapacidad, puedan salir de Rusia o de las zonas ocupadas por Rusia y reunirse con sus familias.

Gracias a todas las personas que han participado.

Petición antes del cierre

Rusia está cometiendo crímenes de guerra y probablemente crímenes contra la humanidad, al trasladar a la fuerza y deportar a civiles desde Ucrania a territorio ruso o controlado por Rusia.

Tras la invasión rusa, Milena, de 33 años, tuvo que refugiarse de los bombardeos durante semanas en un edificio al norte de Mariupol. En abril cayó en manos de las fuerzas rusas. Según su testimonio, los soldados rusos impidieron que ella y su familia huyeran hacia el oeste, a las zonas controladas por el gobierno ucraniano: “Comenzamos a preguntar sobre las evacuaciones, adónde era posible ir… El soldado nos interrumpió y dijo: 'Si no vas a Donestk o a la Federación Rusa, te quedarás aquí para siempre'”. El esposo de Milena, un ex infante de marina del ejército ucraniano, fue detenido poco después mientras cruzaba la frontera rusa. Aún no ha sido liberado.

Tras abandonar sus hogares, la población desplazada es sometida a un proceso de control abusivo llamado “filtración”. Muchas personas son interrogadas, registradas y, en particular los hombres en edad militar, son detenidos arbitrariamente, torturados y recluidos en condiciones inhumanas.

En algunos casos, los niños y las niñas son separados de sus familias, en una clara violación del derecho internacional humanitario. Como por ejemplo, el caso de un niño de 11 años, separado de su madre durante el proceso de “filtración” en Bezimenne, al este de Ucrania, explicó: “Llevaron a mi mamá a otra carpa. La estaban interrogando… Me dijeron que me iban a quitar a mi mamá… Yo estaba en shock… No dijeron nada sobre adonde la iban a llevar. Una señora del servicio [de protección infantil] de Novoazovsk dijo que tal vez la dejarían marchar ... No pude ver a mi madre... No he sabido nada de ella desde entonces".

Firma la petición y exige a Rusia que detenga de inmediato el traslado forzoso de civiles desde Ucrania.