Desde que el 17 de junio terminara el plan de regularización, las autoridades dominicanas han informado del retorno voluntario de decenas de miles de personas a Haití. Sin embargo, miles de personas denuncian que las han expulsado por la fuerza. El 14 de agosto, la Organización Internacional para las Migraciones informó de que el 32 % de las 6.311 personas entrevistadas en la frontera entre República Dominicana y Haití entre el 17 de junio y el 13 de agosto, afirmaba “haber sido deportada hacia Haití” por las autoridades dominicanas. Además, el 27 % de los entrevistados afirmaba haber nacido en República Dominicana y el 3,8 % declaraba tener un documento de identidad dominicano.
Está acción ha finalizado (14 de octubre de 2015)
¡Buenas noticias!Enhorabuena a todas las personas firmantesPetición antes del cierre
Maritza García tiene 27 años y, a pesar de nunca haber contado con documentos de identidad, ha nacido y vivido en la República Dominicana toda su vida. También son nacidos en este país su bebé, que no pudo declarar por faltar documentos de identidad. Ella habla español y nunca ha puesto un pie en la otra mitad de la isla, en Haití, de donde eran originarios sus antepasados, pero donde no tienen familia ni casa ni trabajo ni documentación. Nada.
A pesar de que Maritza no tiene ninguna duda de cuál es su nacionalidad, el Tribunal Constitucional dictaminó en septiembre de 2013 que había que revisar la nacionalidad de todas las personas nacidas en el país desde 1929 de padres indocumentados. La inmensa mayoría de las personas afectadas por esta sentencia son de ascendencia haitiana.
Las autoridades abrieron paralelamente un proceso de regularización para migrantes indocumentados que ya ha finalizado por lo que las deportaciones podrían empezar en cualquier momento. Las autoridades dominicanas no han parecido amilanarse por las voces en contra de la Corte Interamericana, del ACNUR o de las organizaciones de derechos humanos locales; más bien al contrario, se han sucedido las declaraciones nacionalistas, y todo el proceso ha seguido adelante, colocándose en el lado oscuro de la legalidad internacional.
Pero quizá se lo piensen un poco mejor si conseguimos miles de firmas. Ayuda a Maritza y a todas las personas que como ella pueden convertirse en apatridas en su propio país. ¡Firma!