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Perú debe proteger a Máxima Acuña de los ataques de la policía
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Damos las gracias a todas las personas que se han sumado a Amnistía Internacional para solicitar a las autoridades peruanas que Máxima Acuña pueda seguir viviendo en paz cultivando su tierra, y que la policía cese en sus ataques e intimidaciones y se encargue de darle protección tanto a ella como a su familia. Amnistía Internacional seguirá muy pendiente de este caso, ¡Máxima no se rinde!
Petición antes del cierre
Máxima y su familia son campesinos de subsistencia en el norte de Perú. Su desgracia es vivir cerca de Yanacocha, una de las mayores minas de oro y cobre del mundo, con cuya empresa mantienen una batalla legal por la propiedad de la tierra.
Debido a su negativa continuada a abandonar la tierra en la que viven han tenido que hacer frente a ataques y hostigamiento de la policía local, que incluso ha llegado a golpearla a ella y sus hijos, y ha causado daños en su casa. En varias ocasiones, los guardias de seguridad armada de Yanacocha han destruido su cosecha. Estos ataques forman parte de una campaña de intimidación que busca cuartear la moral de Máxima Acuña y su familia para que tiren la toalla y abandonen su casa y sus tierras y que, así, la empresa Yanacocha pueda seguir con su labor extractiva. Pero Máxima Acuña sigue defendiendo no sólo su parcela, sino los derechos a la alimentación, la salud y al medio ambiente sano, frente a las posibles consecuencias ambientales de la explotación minera en su región. Esto le valió recibir este año el Premio Goldman, el reconocimiento más importante en la protección de los derechos medioambientales. Queremos que Máxima Acuña pueda seguir viviendo en paz, cultivando su tierra, y que la policía cese en sus ataques e intimidaciones y se encargue de darle protección tanto a ella como a su familia. Máxima no se rinde. ¡Dale tu apoyo!
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