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Carta a mi hermano, encarcelado por vestir una camiseta contra la tortura

Por Tarek Hussein, hermano Mahmoud Hussein,

El hermano de Tarek, Mahmoud Hussein, ha pasado más de un año en una cárcel egipcia simplemente por vestir una camiseta contra la tortura. Más de 600 días después de su encarcelamiento, Tarek escribe una carta a su hermano menor.

Mi pequeño Mahmoud, ya han pasado más de 600 días y sigues sin estar en casa.

No soporto más tu ausencia.  La amargura de la separación trastorna a nuestra pequeña familia. Nuestra madre hace tu cama todas las mañanas mientras nos oculta sus lágrimas, y nuestro padre se queda mirando fijamente tu rostro en las fotos que ahora tapizan su habitación. Es como si estuviera empezando a conocerte otra vez. Añoramos tu risa y aguardamos tu liberación con cada nuevo amanecer.

El día en que estuve a punto de perder la cabeza

Llevas más de 600 días detenido por vestir una camiseta que decía “Nación sin Tortura”. Aquel fue nuestro sueño tras la Revolución del 25 de Enero: el sueño de un país que respete y honre el cuerpo humano y lo proteja de la tortura.

Perdóname, hermano, pero la idea de que has sufrido todo esto simplemente por confiar en una nación sin tortura me enfurece más cada noche que pasa. Estás entre rejas y, cada vez que recuerdo el motivo por el que estás sufriendo, mientras las fuerzas de Mubarak que mataron a manifestantes fueron absueltas, la rabia y la frustración me consumen. Perdóname, pero ya no soporto ver esas esposas metálicas en tus muñecas, sin que te hayan juzgado.

Déjame decirte, hermano, que el día que descubrí que te habían torturado estuve a punto de perder la cabeza.

Tu futuro interrumpido

Todas las semanas hacemos cola para visitarte en prisión. Es una cola muy larga, llena de personas que esperan para ver a sus seres queridos, a inscribirse para poder entrar, y mientras esperan no dejan de recibir insultos. Sus historias, y las lágrimas de sus familias, giran todas en torno a la injusticia en la que vivimos, hermano mío.

Perdóname por no llevarte un pastel por tu cumpleaños, pero tu carcelero denegó mi petición. Me dijo, con sarcasmo: “Cómo te voy a dejar traerle pastel, si tiene que sentir lo que es estar encarcelado.” Tu carcelero te negó la posibilidad de conmemorar el paso de otro año más de tu vida.

En cada nueva vista, confiamos en que seas liberado, lo anhelamos. Pero invariablemente nuestras esperanzas se convierten en tristeza y en derrota cuando deciden renovar tu detención.  Tus padres lloran por su adorado hijo de 18 años, encarcelado sin que ellos comprendan por qué. Lloran por tu futuro interrumpido. Vemos a tus compañeros de clase avanzar e ir a la universidad, mientras la cárcel te impide continuar con tu educación o perseguir tus sueños.

Tus amigos y quienes te apoyan creen en ti

Pero déjame decirte, hermano, que estoy orgulloso de ti, de tu hermosa alma de artista y de las pinturas que envías a tus amigos. Tus alegres dibujos de Mickey Mouse y el Pato Donald animan sus rostros y los han colgado en las paredes de sus casas.

En los últimos días he recibido de distintos países cartas de solidaridad contigo, cartas que dicen que apoyan tu caso mediante una petición de Amnistía Internacional que reclama tu libertad. Ya se han reunido varios miles de firmas. Todos creen en ti, hermano, pese a tu juventud.

Querido hermano, déjame decirte que no importa el tiempo que pases detenido, saldrás para reunirte con nosotros y llenarás el mundo de dibujos y colores. Reclamo justicia para ti, mi hermano querido.

El mañana será hermoso en Egipto

Aférrate a tu sueño de una nación sin tortura, de un país con futuro para sus jóvenes y, como me dijiste en tu última carta desde la prisión de apelaciones, el mañana será hermoso para nosotros en nuestro hermoso país.

Me despido de ti diciéndote que seguiré luchando por tu libertad, por ti y por todas las personas que están detenidas injustamente.

Tu hermano,
Tarek Tito

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